La batalla campal ha dado inicio en la contienda electoral para las diputaciones locales en donde cada partido polìtico ha designado a sus mejores guerreros para competir y demostrar, el conocimiento, fuerza, inteligencia, experiencia, talento, pero sobre todo esa relaciòn y analogìa que pueda existir con la sociedad, en la actualidad no facìlmente se puede se puede engañar o traicionar a los militantes por que despuès puede ser sumamente fatal e inevitable.
Hoy se observa el abstencionismo en las familias adictas o acostumbradas a depositar sus votos para elegir a un nuevo representante ya sea presidente municipal, diputado local, federal o bien para un senador y la respuesta es muy sencilla ante esta decisiòn tomadas por los militantes, se basa en que ningùn participante o integrante de los partidos polìticos en combate ganan algo en especial cuando el triunfo les favorece, llegando al exito se enferman del poder y se olvidan por completo de quienes lo llevaron a la cima de la vistoria.
Un caso que al parecer solo y ùnicamente se vive en el estado de Quintana Roo es elegir o nombrar a un participante o candidato para una contienda o campaña, anteriormente existìna dos o tres formulas donde por medio de internos de los delegados era favorecido o anunciada su participaciòn concreta, hoy como siempre se observa que la llamada democracia jamàs ha existido y se haya aplicado dentro de los comicios, el amiguismo, compadrazgo, favoritismo y recomandaciòn de familiares ha dado muestra de la corrupciòn que se vive y se ha vivido.
Existen nuevo valores, jòvenes con capacidad y con historiales transparentes y sanos, quienes en verdad pueden servir y cumplir de manera correcta a la sociedad, pero las reglas internas, (Que es el privilegio, nepotismo, la orden del padrino y el càncer de siempre que es la corrupciòn), impiden que gentes nuevas puedan desarrollarse, la danza de dinosaurios y grillos vitalicios siguen infectando y contaminando el futuro de nuevas generaciones, esto puede anunciar la derrota de un candidato que sin pena alguna le fascina vivir de la ubre y de los impuestos de los mexicanos.
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