Como en cada sexenio siempre debe de existir un frijol en la sopa, una oveja negra, un funcionario indeseable, un personaje que sueña como cualquier chiquillo y amanece mojado o una persona trastornada que se alimenta de la ambición pero se enferma del poder, la ignorancia e ineptitud lo califican como un sujeto inútil que se convierte simplemente en un parasito, en un virus que contamina e infecta a quien verdaderamente trabaja y es responsable en la encomienda del ejecutivo estatal, su nombre: Jesús Armando Liogón Beltrán, joyita que penosamente se encuentra como Sub Secretario de Desarrollo Político.
Esta alma en pena se encontraba descansando, por no decir echando la hueva y cobrando en el congelador del gabinete, llamado inteligentemente, El grupo de asesores del gobierno del estado, pero milagrosamente fue rescatado, salvado y desembarazado por la recomendación de una madrina que al parecer hoy se encuentra agradecida por los servicios y trabajos que le otorgara Liogón Beltrán, mejor conocido en el bajo y sucio mundo como: "La Bestia", la suerte lo ha acompañado de tal grado que se encuentra en el lugar adecuado y preciso donde se obtienen recursos económicos, simplemente y naturalmente colocando el trasero en un escritorio que nunca le ha pertenecido.
Jesús Armando Liogón Beltrán se ha convertido en un verdadero y espeluznante zombi idiotizado por el poder y la fuerza que según el cree tener, hoy la prepotencia, superioridad y poderio lo han llevado a ser catalogado como una persona, no funcionario, enfermo y falto de conocimiento que causa putrefacción, verguenza, descontento y quizáz risas al observar que aún sigue viviendo en el mundo de las fantasías y de jaladas mentales, la misión y visión es madurar, ser responsable y despertar de ese infantil sueño, sus caprichitos de niño callejero y malandro lo hunden cada instante, su espantoso y ridículo carisma lo convierten en un ser antisocial, indeseable, repugnante y golfo.
Este grillo milpero no ejerce su trabajo como sub secretario, se ha dedicado a formar parte de los chismes de lavaderos, como también a provocar divisionismo entre los verdaderos funcionarios y políticos que desquitan sus sueldos y conocen las actividades que deben de ejecutar, Liogón Beltrán debería de permanecer en el congelador o en la cajita de basura y desechos que suelen arrojarse cuando una persona o funcionario no hace bien las cosas o simplemente se convierte en un demente que causa enojo, pero que finalmente se transforma en un tema de tristeza, por que no existe manera de poder ayudar a un personaje, crónico, nefasto, desdichado e infortunado como lo es Jesús Armando Liogón Beltrán, "El empleado incomodo del ejecutivo".
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