Como en todos los tiempos algunos de nuestros representantes del pueblo o distrito llegan al triunfo de suerte y en su mayoría con el famoso y conocido dedazo, simplemente porque se le ordena ¡Tú vas! o ¡Tú eres el bueno! Toman la palabra muy en serio y ignorantemente participan, es el momento cuando van perdiendo el miedo y se van relacionando con la sociedad, ya que antes solo en sus casas los conocían.
En muchos de los casos son desconocidos y más aún en el mundo de la política, son personas antisociables, indoctas, incultas, incapaces y torpes que llegan a terminar de aprender a leer y comprender o saber que es en sí legislar o representante en el congreso del estado, es por eso que cuando se tiene que aprobar alguna iniciativa todos estos reprobados y atrasados en estudios hacen lo que sus compañeros realizan, levantando la mano, pero sin saber que pasa o sucede.
Los culpables no son estos sujetos que llegan a la escuelita, si no quien de manera usual los apadrina y los convierte en verdaderos zánganos que llegan tan solo dos veces por quincena a calentar sus asientos en el recinto y lógicamente a cobrar sin hacer nada, a llevarse parte de los impuestos de los quintanarroenses, estos son nuestros gloriosos diputados locales que penosamente causan tristeza por observar su ignorancia, pero también es más grande la vergüenza de que las nuevas generaciones vean estos comediantes de paso.
Pero también hay que hacer mención que existen un gran número de legisladores que llegan al congreso gracias a la mano divina, por ser quizás algún familiar, amigo, socio en negocios, pago a favores o tal vez por ser una mujercita bonita y lógicamente son quienes gozan del poder interno y quienes tienen toda probabilidad de seguir en la ubre gubernamental durante muchos años más, creo que nos hemos acostumbrado a estos actos que se ha practicado durante todos los sexenios, pero que simplemente callamos.
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