Los debates políticos que existen entre los cuatro aspirantes para la presidencia de la república mexicana simplemente se han convertido en un teatro callejero o más bien en un evento chusco y humorístico en donde los asistentes o quizás personas pagadas si divierten a lo grande, las sonrisas y lágrimas de la emoción se dibujan en cada rostro.
La realidad de estas escenas graciosas y bromistas se basa en los señalamientos de los errores de cada candidato, es algo verdaderamente estúpido y una burla para el pueblo, todo mundo sabe perfectamente lo que ha ocurrido en cada uno de estos personajes y cuál es su oscuro pasado, pero por la ignorancia y la falta de otras estrategias o mecanismos usan como armas los chismes de lavadero.
Es penoso ver la debilidad de cada contrincante, siempre se presentan con las mismas palabras, las mismas promesas, las mismas mentiras y lógicamente con los mismos fracasos, esos son nuestros máximos representantes políticos que tenemos en México y desafortunadamente uno tiene que ser el presidente de la república y será quien gobierne para nuestras próximas generaciones.
Pero como buenos mexicanos ya nos acostumbramos a tener nuevos personajes en cada sexenio, con distintas caras, diferentes chistes y sin duda alguna otros chismes que enfermen a toda la sociedad.
Usted tiene su última palabra y su propio comentario.
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