Jaladas de greñas, miradas matadoras, mentadas de madres, gritos de desesperación, reparto de despensas, laminas de cartón, camisetas, playeras, sobrillas, gorras, bolsas de tela, tortas, refrescos, tacos y sin faltar entrega de recursos económicos a quienes de manera servil trabajan para los partidos políticos que hoy se encuentran sus líderes, representantes o coordinadores de campaña como internos de manicomio, locos y perdidos mentalmente.
Y hoy es el momento en que todos se dan con todo, les importa poco lo que la sociedad señale o critique o observe, el objetivo es llegar al triunfo y derrotar al enemigo, los candidatos se asemejan a los caballos de hipódromo, solo tienen la mirada hacia adelante, lo demás sale sobrando, todos buscan nuevos mecanismos o estrategias para vencer al contrincante y lógicamente utilizan la guerra sucia, una política corriente y vulgar que daña la llamada democracia, palabra que existe en el diccionario y que nadie la ejerce.
Solo faltan algunos días, algunas horas y en el interior de las trincheras de los partidos que hoy se encuentran en esta batalla campal existe miedo, mucho miedo, porque en realidad nadie tiene el triunfo en las manos, es por ello que existe las movilizaciones, recorridos y visitas a domicilio, rogando y aclamando les otorguen el voto, la confianza y la certeza que acudirán a las urnas para que lleguen a la victoria, es lo mismo de lo mismo, nada ha cambiado en las contiendas y mucho menos hacer valer la democracia.Pero la invitación es abierta para acudir a votar este domingo proximo, usted decide.
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