Homenaje cívico 44 aniversario del movimiento estudiant |
Felipe Carrillo Puerto.-“Cada 2 de octubre, los mexicanos lamentamos
el cobarde ataque a los estudiantes en la plaza de las tres culturas de
Tlatelolco, lo que nos permite reflexionar que la lucha por lograr un México
más justo y democrático solamente será posible con la
educación y el libre ejercicio de nuestros derechos”.
Así
lo manifestó el profesor Vicente Puc Pech, en su discurso alusivo al 44
aniversario de la matanza de estudiantes universitarios en la plaza de las tres
culturas de la ciudad de México; en un homenaje cívico llevado a cabo la mañana
de este martes en las inmediaciones del parque principal Ignacio Zaragoza, con
la presencia de funcionarios y trabajadores de la comuna carrilloportense.
Después
de los honores a la bandera nacional y de la entonación de los himnos a
Quintana Roo y Nacional Mexicano, el orador oficial, hizo una remembranza
histórica de los hechos ocurridos hace 44 años en la ciudad de México.
Mencionó,
que el movimiento estudiantil, fue un hecho social en el que además de
estudiantes de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional, participaron
profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas y que fue
reprimido por el gobierno mexicano con una matanza ocurrida en un día como hoy
pero de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Hizo
énfasis al señalar que la acción gubernamental en su afán de pretender ocultar
información, jamás se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de estudiantes
asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados, ya que la fuente oficial
reportó en su momento 20 muertos, pero investigaciones recientes señalan que
los muertos llegaron a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado
Mexicano, que en ese momento era encabezado por el extinto presidente de la
república, Gustavo Díaz Ordaz.
Finalizó
diciendo, que como repudio del pueblo al gobierno mexicano, diez días después
de la matanza, un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial, un
papalote de color negro en forma de paloma, justamente cuando el presidente de
la republica Gustavo Díaz Ordaz inauguraba la edición número 19 de los juegos
olímpicos, bautizados irónicamente como “la olimpiada de la paz”
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