La sociedad de Quintana Roo ya no desea tener a
autoridades municipales enfermos de poder, corruptos y saqueadores para este
año nuevo 2014
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1Nunca debo olvidar que soy un representante Ciudadano,
y como tal debo representar las aspiraciones y esperanzas Ciudadanas. Debo ser
siempre honesto, sincero y estar dispuesto a trabajar al servicio de todos,
particularmente los más necesitados, ya que son ellos quienes más necesitan una
nueva política municipal.
2Debo actuar con serenidad, respeto y eficacia, no ser
demagogo, ni hacer promesas que no pueda cumplir. Debo ser accesible y estar
abierto a todos los ciudadanos demostrar como Autoridad Municipal mi voluntad a trabajar al servicio de todos y
con todos.
3Debo demostrar con hechos y a corto plazo que es posible
hacer una gestión eficaz, eficiente y democrática. Proponer de inmediato un
plan de trabajo y empezar a realizarlo, estableciendo con claridad los
objetivos y retos que se quieren cumplir al año y a los tres años, para que
después se evalúe y juzgue, buscando que a los tres meses se pueda notar que
algo ha cambiado a beneficio de la sociedad.
4Debo trabajar intensamente para sanear las
dependencias del gobierno municipal, erradicando la corrupción, la ineficacia
el clientelismo político y los cacicazgos, y al mismo tiempo fortalecer el
Cabildo. Debo realizar una administración clara, sana y transparente para todos
los ciudadanos, donde se trabaje .con eficiencia y se reciba con atención;
entonces así se podrá exigir de manera abierta a todos los ciudadanos, la misma
claridad, honestidad y educación cívica.
5Debo hacer del gobierno
municipal un instrumento al servicio de la comunidad, y no al
servicio de caciques, grupos de presión, grandes empresarios o especuladores de
todo tipo. Debo trabajar por reconstruir las comunidades, los barrios, los
pueblos y las ciudades, para que en ellas se pueda vivir dignamente en un marco
de justicia, legalidad, tolerancia, respeto y equidad y sobre todo seguridad
que es lo primordial para las familias enteras.
6Debo ser consciente de que la política municipal no la
hace sólo el presidente o la presidenta municipal, ni tampoco es
monopolio de los técnicos y especialistas. La política municipal debe hacerla
el conjunto de los ciudadanos, de manera directa o a través de diversas formas
de organización y asociación. Debo trabajar para abrir y descentralizar la
administración pública, buscando la participación de los legítimos
representantes de las comunidades y de los distintos sectores o intereses
ciudadanos, con la conciencia de que nadie es poseedor exclusivo de la verdad,
y por lo mismo, saber asumir los conflictos con sectores ciudadanos como signo
del fortalecimiento de la sociedad civil.
7Debo ser consciente de la gravedad de los problemas y
de los obstáculos a superar, entendiendo que la tarea del presidente o la presidenta
municipal, no es sólo administrar los recursos públicos, sino
combatir de frente el centralismo, el autoritarismo y el interés particular,
cuando éste se quiere imponer sobre el interés público, estimulando la
movilización y la organización de los ciudadanos, ya que ésta es la fuerza más
importante del municipio.
8Debo superar la visión estrecha y localista y trabajar
por la democratización del municipio, como un medio para reconstruir el país y en
la participación ciudadana; donde el municipio desarrolle una política que se
apoye en las aspiraciones y demandas de la población consciente y activa.
9Debo dar ejemplo haciendo del Ayuntamiento un
organismo irreprochablemente democrático, que elimine el personalismo,
nepotismo, (Dedazo) y la concentración de poderes en el presidente, poniendo al cabildo en primer plano,
abriéndolo a la ciudadanía y hacer del Ayuntamiento una institución pública
10Para tener un buen ayuntamiento debo proponer una nueva ciudad y una
vida solidaria que termine con las injusticias, negligencias y las
marginaciones. El cabildo debe representar la vieja aspiración de los mexicanos
de construir un municipio eficiente y progresivo; por lo cual, debo ser un presidente democrático y
saber gobernar con todos y para todos, permitiendo la expresión de la
diversidad de ideas que conviven en los municipios de México, sólo así podré
sentir realmente, que estoy sirviendo al pueblo de mi país y a mi Quintana Roo.
Quienes cumplan con estos mandamientos serán sin duda unos excelentes Presidentes Municipales que en verdad tienen la imaginación, idea o deseos de trabajar y servir para el pueblo que les ha brindado la confianza y entregado en su totalidad el poder para que gobierne con eficiencia, respeto y honestidad, el individuo que viole y no respete estas sentencias obtendrá el castigo divino de la propia mano del pueblo
La sociedad
quintanarroense está harta y fastidiada de las muchas humillaciones que han
tenido de algunos presidentes municipales, mismos que han hecho del poder un
botín económico que junto con sus pandillas han saqueado las arcas de los
ayuntamientos que hoy lucen como cementerios fantasmales sin los servicios
adecuados, calles abandonada, llenas de baches, faltas de luminarias,
áreas verdes, vigilancia policiaca,
camiones de recolecta de basura en el patio del deshuesadero, entre otras
tantas necesidades, mientras los depredadores dejan de ser miserables para
convertirse en nuevos millonarios.
Otra de las
causas más usuales es la enfermedad del poder que se incrusta en muchos
presidentes municipales, quienes después de pasar los primeros 100 días se
transforman en mutantes inmortales, en donde da pena hacer mención, pero tan
grande es la enfermedad y sueño infantil en donde imaginan que este hueso será
eterno y es entonces cuando las partículas fecales invaden los diminutos
cerebros de los llamados presidentes municipales, se olvidan de los compromisos
y de quienes aportaron parte de su tiempo para llegar al triunfo.
Esos grillos
milperos deben de dejar de gobernar, porque la ambición de convertirse en miembros
del club de los millonarios es el objetivo, sin importar que pueda suceder o
decir la sociedad, les vale madres, porque estos toman como maestros o escuelita
a los tuvieron la oportunidad de ser autoridad y que hoy gozan de un poder político
y económico, protegidos por el propio sistema y ¡Aunque usted no lo crea! Muchas
de las veces premian a estos bichos indeseables con cargos importantes, y en torno
a este penoso y abominable caso la sociedad indica que para ser un destacado
funcionario de esta índole, deben de ser prepotentes, saqueadores y corruptos.
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