«La Terminal de Almacenamiento de Reparto (TAR) del Caribe es
un proyecto basado en información sólida y sustentada, en
todos los aspectos». Así lo asegura el biólogo Toshio Yokoyama Cobá, responsable técnico de la Manifestación
de Impacto Ambiental (MIA), y gerente de departamento ambiental de Axis IMA.
Durante más de tres años, un equipo multidisciplinar se ha dado a la tarea de gestionar y analizar información relativa a la TAR, que promueve la empresa Transfluid. Ahora, los resultados de ese riguroso trabajo sustentan la MIA del proyecto.
El biólogo Yokoyama explica que reunió a un equipo de dieciocho profesionales, de diferentes áreas, provenientes de firmas consultoras de varias partes de República Mexicana, todas ellas «reconocidas por su trayectoria en su ramo de especialización».
Las características de este equipo, su trayectoria y profesionalismo, asegura el asesor técnico, se reflejan en un proyecto que «previene impactos y disminuye al máximo puntos de riesgo», los cuales, explica, fueron identificados durante un largo proceso de gestión.
El equipo encabezado por Yokoyama, con el objetivo de contar con un conocimiento detallado del predio en donde se pretende instalar la terminal, realizó diferentes estudios especializados, empezando por levantamientos topográficos. El biólogo asegura que los resultados de dichos levantamientos indicaron que en el sitio no se encuentran cenotes.
Esta información fue confirmada en campo por seis biólogos especialistas, que pasaron más de treinta días y noches recorriendo la superficie del terreno, realizando además estudios enfocados a conocer la flora y fauna, «para así poder proponer programas de rescate y reubicación», que vayan de acuerdo con los datos recabados en campo.
De manera adicional, se realizó un estudio geohidrológico, que igual tuvo como resultado la confirmación que en el sitio no hay estructuras como «cenotes, cavernas y depresiones de importancia».
Teniendo en cuenta el volumen de producto a almacenar y para tener los datos exactos de la resistencia admisible del terreno en cuanto a peso, explica el responsable técnico de la TAR, «se procedió de igual manera a realizar un estudio de mecánica de suelos, en donde los resultados fueron contundentes»: el terreno es capaz de soportar el peso de los tanques, diques y demás infraestructura con capacidad sobrada.
«Terreno alto»
Conociendo la topografía, más los resultados de los estudios geohidrológicos y de mecánica de suelos, se encontró que el terreno donde se pretende ubicar la terminal se encuentra en «terreno alto», por lo que «con un mínimo movimiento de tierras y el desplante de la misma tendrá la altura adecuada para no inundarse incluso en escenarios similares al que se registró durante el paso del huracán Wilma».
En cuanto a la parte marítima, el biólogo Yokoyama comenta que se realizaron tanto estudios de hidrodinámica como de caracterización ambiental dentro y fuera de la caleta de Punta Venado para conocer el comportamiento de las corrientes, mareas y composición biológica del área.
Con esta información,
explica, «se establecieron
protocolos innovadores de prevención y medidas de contención
físicas
para controlar cualquier tipo de afectación».
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