Y mientras tanto los llamados políticos de nuestro país México, que más
bien son PÁRASITOS, vividores y mantenidos por nosotros que somos el pueblo,
ello se dan la gran vida de cobrar jugosos sueldos sin hacer o aportar nada
benéfico para la sociedad.
Las familias pobres siguen hundidas en la miseria, olvidadas por completo, los niños no disfrutan su infancia, ellos a temprana edad tienen que trabajara para poder ayudar a sus padres en los gastos del hogar.
En el mundo de los pobres no existe descanso alguno, despiertan con la mente abierta pensando que van a comer, implorando que ninguno de la familia se vaya a enfermar, porque entonces sería fatal para todos.
En varias casas solo se escucha el llanto de los niños, quienes piden de comer, un taco o un vaso de agua, pero para su mala fortuna no hay nada en casa.
Es triste observar estos vergonzosos episodios, sus caras mostrando impotencia y coraje, pero eso es todo, nada, nada pueden hacer para que reciban lo que en realidad merecen.
Coraje de ver a nuestras autoridades o representantes del pueblo robándose nuestro dinero, ese dinero que muchas de las veces están destinado para la gente del campo, para las familias pobres, pero estos miserables se apoderan de esos recursos económicos.
¿Hasta cuándo llegará el momento que esas familias de escasos recursos, pobres y olvidadas sean atendidas como se merecen?
¿Hasta cuándo observaremos a un México estable en donde ya no exista la pobreza y miseria? Estas son algunas preguntas que quizás no tengan respuestas y que a los funcionarios o representantes del pueblo les vale madre.
Las familias pobres siguen hundidas en la miseria, olvidadas por completo, los niños no disfrutan su infancia, ellos a temprana edad tienen que trabajara para poder ayudar a sus padres en los gastos del hogar.
En el mundo de los pobres no existe descanso alguno, despiertan con la mente abierta pensando que van a comer, implorando que ninguno de la familia se vaya a enfermar, porque entonces sería fatal para todos.
En varias casas solo se escucha el llanto de los niños, quienes piden de comer, un taco o un vaso de agua, pero para su mala fortuna no hay nada en casa.
Es triste observar estos vergonzosos episodios, sus caras mostrando impotencia y coraje, pero eso es todo, nada, nada pueden hacer para que reciban lo que en realidad merecen.
Coraje de ver a nuestras autoridades o representantes del pueblo robándose nuestro dinero, ese dinero que muchas de las veces están destinado para la gente del campo, para las familias pobres, pero estos miserables se apoderan de esos recursos económicos.
¿Hasta cuándo llegará el momento que esas familias de escasos recursos, pobres y olvidadas sean atendidas como se merecen?
¿Hasta cuándo observaremos a un México estable en donde ya no exista la pobreza y miseria? Estas son algunas preguntas que quizás no tengan respuestas y que a los funcionarios o representantes del pueblo les vale madre.
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