El sistema de elección democrática que tradicionalmente se viene realizando en nuestro país, tiene varios errores que debe ser materia de análisis porque esta forma de elegir no ha dado buenos resultados y ha causado descontento en el pueblo por un mal gobierno municipal.
En ese sentido, vamos a detallar estos errores con ánimos de evaluarlo, corregirlos, sobre todo para que se hagan conocidos por los mismos CANDIDATOS al gobierno de algún ayuntamiento.
En principio, estos errores se evidencian desde que los partidos y movimientos políticos (aspirantes al poder), inician sus campañas políticas con un gran entusiasmo, pero que no miden la efervescencia del momento, porque cometen exageraciones en sus promesas premeditadamente que en el fondo crea esperanzas en la sociedad.
El error está en prometer algo que no se ajusta a la realidad del municipio, y cuando asumen al gobierno quedan como mentirosos, engañadores y como es natural, ahora el pueblo lo exagera tratándolos de lo que son, corruptos y falsos.
Esta crisis ocasiona dos problemas sociales muy graves, primero, trae descontento e insatisfacción a la sociedad que tuvo esperanzas en su gobierno, segundo, trae la incredulidad y frustración que ciega casi en su totalidad a la población y pierde toda credibilidad con su gobierno, esto hace mucho daño a la democracia.
Aquí el problema ya es político, porque el gobierno municipal va perdiendo legitimidad en su mandato por cuanto el pueblo ha dejado de respaldar a su régimen.
Si hacemos un análisis más exhaustivo, nos daremos cuenta que un pequeño error, enciende casi todo el ayuntamiento en problemas que se convierte en un obstáculo para el desarrollo social, económico y político.
En ese sentido, es muy importante buscar solucionar este problema que básicamente está en la Conducta Moral del Gobernante. Por eso debemos elegir al candidato por su vida Moral y no por sus promesas
En realidad todo está en la vida MORAL DEL POLÍTICO, es decir, que el candidato al poder municipal debe ser un político con principios y valores, para que tenga conciencia de la condición pobre de la población y sea veraz en sus discursos.
De esta manera no habrá espacios para la vanagloria ni para las falsas promesas que obedecen a la mentira premeditada como recurso para engañar a sus electores.
En todo caso, el candidato al poder debe centrar su discurso en la verdad y nada más que en la verdad y sobre esta base realizar sus campañas tratando de ajustar sus argumentos en los valores de vida, que son: La verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía y la vida.
Solo de esta de esta manera no se engañara al pueblo y se evitaran las promesas con exageración. Por eso, debemos: "ELEGIR A NUESTROS CANDIDATOS POR SU VIDA MORAL Y NO POR SUS PROMESAS".
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