*Condenado
Por Roberto Geffroy
El tiempo no se detiene y tan solo faltan 28 días para que llegue el momento esperado por muchos habitantes de Bacalar, de las comunidades, rancherías y del propio Partido Revolucionario Institucional (PRI), para ejecutar y aplicar el castigo merecido a quien humilló, pisoteo y traicionó a un pueblo que por desgracia se equivocó y lo hizo presidente municipal, su nombre José Alfredo Contreras Méndez, una hermosa joyita que sin duda quedará para la historia en el libro negro.
Un pueblo enloquecido,
herido y cansado por tantas injusticias, abusos de poder, pero sobre todo de
observar como algunos miserables quienes vivían en el mundo de la miseria, hoy
se burla de la gente presumiendo sus riquezas en especie y lógicamente sus
grandes cuentas bancarias, todos saben perfectamente que son recursos económicos
que le pertenecen a la población, a las familias del campo, aquellas más
vulnerables que estuvieron sin un gobierno durante tres largos años.
El tiempo se detuvo en Bacalar, se transformó en un pueblo fantasma en donde el abandono y la falta de interés por parte de la llamada autoridad estuvo presente, sus calles llenas de baches, luminarias quemadas, la costera en las mismas condiciones, llena de maleza y la via de comunicación convertida en terracería, las promesas de campaña del embustero y falso presidente municipal fueron tan solo sueños fantasiosos, jaladas mentales que afectan a muchas familias y que hoy reclaman lo que les pertenece, pero más aún piden cárcel para quién se convirtió en un corrupto y violador de leyes.
Tan solo 28 días
para que se haga justicia y sea un castigo ejemplar para todos aquellos o
aquellas personas que llegan por accidente a ocupar la silla municipal y que
desgraciadamente se enferman del poder político, pero más aún económico, para
quienes llegan con una mano atrás y otra por delante y que de la noche a la
mañana se convierten en nuevos millonarios, pero con el dinero del pueblo,
muchos de estos engendros del mal les entra el demonio, acosan, violan,
hostigan, amenazan y aunque sea algo sorprendente, muchos hasta de sexo cambia,
esta es la vida de muchos politiquillos que aún están naciendo y ya quieren
correr.
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