La presunta renuncia por motivos de superación profesional del ex oficial
mayor del Congreso del estado, Gustavo García Bradley, realmente se debió
a malos manejos financieros de las arcas del Poder Legislativo, según
transcendió entre el personal que labora en ese lugar.
El promotor para la salida del ex diputado local fue Jorge Aguilar Cheluja, secretario particular del líder del Congreso y acérrimo enemigo de Gustavo García desde que éste fue favorecido con el cargo como premio de consolación, ya que pedía la Secretaría de Desarrollo Económico, posición que no le fue otorgada.
Esto motivó que Jorge Aguilar Cheluja tuviera que ser enviado a la secretaría particular cuando ya se sentía Oficial Mayor del Congreso local, cargo que su padrino Eduardo Espinosa Abuxapqui tenía pensado para él, pero que al final por cuestiones políticas fue entregado a Gustavo García.
Con el tiempo la rivalidad entre Gustavo García y el secretario particular fue creciendo al grado que a inicios de este año, Jorge Aguilar Cheluja tuvo conocimiento de los malos manejos financieros de Gustavo García, secreto que le fue revelado por el director de finanzas Cleiver Yan Navarro por miedo a que fuera involucrado.
Al tener conocimiento del fraude -pues no se puede creer que el Congreso se encuentre en número rojos en el pago a proveedores- cuando el presupuesto autorizado a este Poder viene etiquetado para el gasto anual, la decisión de Eduardo Espinosa fue fulminante: cese inmediato del cargo a Gustavo García Bradley, eso sí, sin responder por los malos manejos.
Se supondría que ahora Jorge Aguilar Cheluja tiene la puerta abierta para asumir el cargo de Oficial Mayor del Congreso local, tras la caída de su más férreo oponente, pero la vida da sorpresas y un tercero en discordia para el puesto sale a la palestra: Hugo de la Gala, ex Oficial Mayor del ayuntamiento capitalino en los años en que Eduardo Espinosa Abuxapqui ocupó el cargo de presidente municipal, puede ser el beneficiado de la disputa entre Aguilar Cheluja y García Bradley.
Cabe señalar que este personaje, entre sombras manejaba gran parte de las responsabilidades de la oficialía mayor, sin involucrarse en el fraude cometido por García Bradley.
Pero el descaro de Gustavo García va más allá del cuantioso fraude que ahora sus amigos han cuidado sigilosamente, pues el miércoles pasado cuando transcendió que dejaba el puesto por cuestiones de superación profesional, para irse a estudiar una maestría, festejó con sus colaboradores y personal más cercano su salida en conocido hotel de la calle Carmen Ochoa de Merino en la ciudad de Chetumal, en donde el gasto del festejo corrió por cuenta de las “ganancias” que tuvo en el Congreso del estado.
El silencio cómplice que han guardado los legisladores de oposición sobre el fraude cometido por Gustavo García es parte de este teatro bien montado por su actores, o posiblemente más de uno asistió al festejo del ex oficial mayor y ahora no se quiere ver inmiscuido en este espinoso asunto.
Fuente: www.periodistasquintanaroo.com
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