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Autoridades municipales, encabezadas por el Secretario de Administración en representación del Presidente Municipal, Gabriel Carballo Tadeo, realizaron un homenaje cívico, para conmemorar el 169 aniversario del inicio de la guerra social maya; evento llevado a cabo la mañana de este jueves en las inmediaciones del parque principal Ignacio Zaragoza.
La guerra social maya, fue un conflicto que inicio en 1847 con protestas de los pobladores mayas de la península de Yucatán que buscaban terminar con las condiciones de injusticia a las que los habitantes indígenas eran sometidos.
En ese sentido y a 169 años despues de este levantamiento armado, la dirección de educación cultura y recreación organizó este homenaje cívico, en donde se realizaron los honores a la bandera, se entonaron los himnos a Quintana Roo y nacional mexicano y se dio lectura a una remembranza histórica de este importante acontecimiento.
La lectura oficial del evento, estuvo a cargo del Secretario de Administración, Jorge Arguelles Novelo, quien resaltó que se ha dado el nombre de “Guerra de Castas” en la historia peninsular, a la sangrienta insurrección indígena que estalló en 1847 hasta 1853.
En su lectura, agregó, que las causas de esta conmoción social y que llegó a extenderse a toda la peninsula, han sido atribuidas a los recores incubados en los mayas a través de tres siglos de pesada servidumbre.
Destacó,
que el foco de la rebelión estuvo en los linderos del estado de Quintana Roo, con
la parte sureste del estado de Yucatán, ademas de que las armas y municiones
eran importados de Belice.
Continuó
diciendo, que las primeras víctimas de este movimiento fueron los pueblos más
proximos a su foco inicial, es decir, Tepich, Tihosuco, Ichmul, Sacalaca, los
cuales no tardaron en ser destruidos y quemados; el grito de “¡mueran los
blancos!” era cumplido con rigor implacable, sin tomarse en cuenta edad ni
sexo.
Finalizó
su discurso mencionando que la lucha del pueblo maya no puede explicarse mediante relatos o enigmas, sino
por medio de un estudio que exige la imparcialidad de los sentimientos, y en el
que tendrá que aflorar el verdadero grito de libertad.
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