sábado, 18 de septiembre de 2010

Solo es un compromiso de las autoridades el festejar las fiestas patrias

El Bicentenario, ¿Realidad o fantasía para los mexicanos?


En este mes de setiembre el país de México se ha vestido de gala al conmemorarse 200 años de la llamada libertad e independencia, dos siglos del supuesto respeto a nuestros derechos humanos, pero en realidad aún vivimos sumergidos, atados, esclavizados y dominados por nuestras propias autoridades que son quienes gobiernan a esta nación y toman el poder para ejercer la corrupción y saquear nuestro patrimonio.

¿Qué se puede festejar en este mes patrio? Si desde hace muchos años atrás nuestros gloriosos presidentes de la república se han encargado de vender parte de la patria, otros más a solicitar préstamos a distintas naciones, una de ellas es Estados Unidos de Norte América donde prácticamente estamos vendidos y a merced de lo que ellos ordenen, es por eso que estamos aún sin libertad absoluta.

Nuestro país lleva parte del nombre de la nación que ha servido para enriquecer a presidentes traidores, es conocida mundialmente como: Estados Unidos Mèxicanos, será coincidencia o algún día formaremos parte de esa gran potencial, ser un ciudadano mexicano es un orgullo, porque lo lleva uno dentro del corazón y daría uno la vida por defender nuestra patria, nuestra tierra y nuestro símbolo nacional.

Pero es una realidad que en muchas ocasiones nuestras autoridades sean, presidentes de la republica, gobernadores y presidentes municipales ocupan el poder para beneficiarse propiamente, tomando lo ajeno, robando las arcas de las direcciones administrativas, adquiriendo grandes extensiones de tierras en zonas turísticas, flotillas de vehículos últimos modelos, viajes de placeres, lujosos yates y sin faltar la ayuda a familiares, amigos y queridas, esto ya no es una novedad, ladrones de cuello blanco.

Y siguiendo con el tema del Bicentenario, ¿Por qué brindamos y festejamos nuestra independencia y libertad? Si en nuestra patria existe dolor, tristeza, hambre, temor, inseguridad, falta de empleos, atención médica, nuestra educación se encuentra por los suelos que hasta los propios profesores no aprueban los exámenes fáciles que les realizan, la gente del campo se muere por no tener los servicios básicos, caminos de acceso y mucho menos apoyos para poder trabajar sus tierras. ¿Todo esto puede significar alegría?

¿Qué futuro pueden tener las nuevas generaciones de jóvenes si no existen espacios para poder ejercer sus profesiones? En donde han quedado aquellas falsas promesas de algunas autoridades que anunciaban grandes cosas para los mexicanos y que hoy en día solo la aprovechan sus compinches y mancuernas quienes de manera sádica y maquiavélica comparten el botín que les pertenece a todos nuestros hermanos, mientras están en el poder les vale madre lo que digan y sin el poder aún son protegidos.

Es penoso y vergonzoso ver escenas teatrales de nuestras autoridades en el llamado grito de la independencia, cargando nuestro símbolo patrio, rodeado de un gabinete de uñas largas y que observan desde lo alto hacía abajo a esa gran multitud que aún vive engañada y que en una sola voz se convierte el grito de: ¡Viva México!, ¡Vivan nuestros héroes que nos dieron patria!, ¡Viva José María Morelos!, ¡Viva Miguel Hidalgo!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!.

Esto es una gran farsa, una inaceptable hipocresía, pero para nuestros mandos esto significa un compromiso de cada año y no una cultura que se recuerde y conmemore a quienes en realidad dieron sus vidas porque tuviéramos en verdad una libertad y ser independientes, si nuestros héroes vivieran llorarían de tristeza y dolor por ver que todo lo que hicieron fue en vano y si pudieran fusilarían a cada uno de los traidores que nos han gobernado erróneamente y que han aprovechado la oportunidad de robar y vender parte de nuestra querida patria.