Francisco Alan Rodríguez es el nombre del joven piloto que poniendo a prueba su experiencia piloteando aeronaves y llevando al límite su pericia, logró salvar no sólo su vida, sino la de una familia británica de cuatro miembros.
Francisco tripulaba este jueves la avioneta Cesna 5 de la empresa Aero Saab, S.A. de C.V., matrícula XAUHL, que despegó del aeródromo de Playa del Carmen llevando como pasajeros a cuatro turistas ingleses que la habían rentado para visitar Chichén Itzá.
A poco tiempo de despegar y estando a unos 18 kilómetros al poniente de Calica, la aeronave empezó a fallar y a perder altura sobre la tupida selva quintanarroense, por lo que el joven piloto puso a prueba sus años de vuelo y logró controlar el aparato, haciéndolo planear sobre la espesura hasta que finalmente se impactó contra los árboles.
La avioneta se partió en dos y quedó destrozada en la maleza. Desde el aire, las primeras brigadas de rescate presintieron lo peor.
Francisco Alan Rodríguez resultó con lesiones menores, sí, pero su hazaña permitió que el matrimonio compuesto por William Carpmael, de 46 años y Anna Carpmael, de 48, así como sus hijos Emily de 15 años y George de 14, resultaran ilesos, sin ningún rasguño.
Resonando aún la triste noticia de los turistas de crucero que perdieron la vida esta semana en un accidente de autobús en Mahahual, en este caso hoy la historia tuvo un final diferente.
Gracias a este héroe de altos vuelos que tomó la vida de todos en sus manos, la familia originaria de Londres y que se encuentra de vacaciones en la Riviera Maya, volvió a nacer. Vivió para contarlo.
Y a Francisco, el destino quiso darle una nueva oportunidad de seguir volando, sirviendo al turismo que alimenta la grandeza de Quintana Roo, con una increíble historia que quedará para siempre grabada en la memoria de los cinco ocupantes de esa avioneta.
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