lunes, 22 de noviembre de 2010

Andrés Ruiz Morcillo nunca gobernó al ayuntamiento de Othón P. Blanco

La traición y ambición de la mano con Andrés Ruiz Morcillo

No era poder esperar más de un individuo que desde el inicio de su administración dio a conocer sus bajos y sucios instintos, como primer lugar se distinguió por su incapacidad para poder gobernar el ayuntamiento de Othón P. Blanco, su discapacidad mental nunca tuvo la fuerza, rigidez o voz de mando para poder dar cuando menos una orden y observar quien era el presidente municipal, pero todo resultó en vano, fue tan solo un títere.

Su pobre y apocalíptico gabinete conformado en su mayoría por personajes reciclados de la administración anterior y otros más del ex gobernador nocivo y depredador Joaquín Hendricks Díaz fichita que se encuentra también registrada en la lista de los enemigos del estado de Quintana Roo, sujetos sin experiencia en sus encomiendas, pero con mucha habilidad para fomentar la corrupción y tomar lo ajeno.

Juan Carlos Poot Uh actual secretario general del ayuntamiento capitalino simplemente se ha dedicado a ser una marioneta que es manejada pero que a su vez divierte con sus payasadas y tonterías que realiza, pero el león no es como lo pintan ya que con esa carita de campesino sumiso y humilde ha salido de la pobreza donde antes era solo un lidercillo juvenil y hoy ha conocido como sacar las uñas y transformar su solitaria vida.

Otra joyita más reconocido por su negro historial es José Polanco Bueno, torpe para ser una persona social y hasta para caminar pero con mucha sabiduría y magia para poder desaparecer los recursos económicos que le pertenecen al pueblo de Othón P. Blanco, es toda una gran mancuerda de Andrés Ruiz Morcillos ya que juntos han tenido las misma mentalidad e idea de tener su progreso seguro, ambos son uno mismo.

Y para conformar la tercia de mayordomos de Ruiz Morcillo existe también un bicho llamado Luis Montufar Bailón y quien penosamente se dice ser el Oficial mayor de esta vergonzosa administración, este parasito de la comuna se ha destacado por pertenecer a una gran familia en donde la mayoría de sus hermanos han tenido cargos importantes y por coincidencia o suerte los asignan en donde se manejan recursos económicos.

Y hoy se encuentra felizmente cumpliendo un compromiso para su jefe Andrés Ruiz Morcillo, más no para la sociedad quien es quien lo mantiene y le da de comer, este grillo milpero es uno de los servidores más cercanos e importantes de la actual autoridad municipal donde la misión sin duda alguna es y será terminar con el préstamo autorizado de 150 millones de pesos, y la visión es realizar obras fantasmas para seguir engañando a la sociedad.

Y como segundo lugar el flamante alcalde de Othón P. Blanco siempre fue gobernado por la primera dama municipal María Antonia Hernández de Ruiz, fue la mujer incomoda dentro de su gabinete donde se inclinaba cada vez que daba una orden y más aún cuando fue descubierto el escándalo pasional con una amiguita muy pero muy cercana a la generosidad del gordo Ruiz Morcillo a quien no le alcanzó la carne en su casa.

Este ha sido su mayor error en su vida y sin ser tan realistas es la propia tumba que ha cavado y construido, su futuro político está por los suelos y como funcionario, el pueblo Othonénse se enteró cuenta que no funciona, mejor que se dedique a conquistar nuevas aventuras y a disfrutar al máximo con los recursos económicos que ha acumulado de manera increíble y mágica como presidente municipal de Othón P. Blanco

Enrique Mora Castillo convertido en actriz callejera

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Quintana Roo, elefante blanco

Una vez más se ha comprobado que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en el Estado de Quintana Roo no funciona y muchos menos sirve para ayudar a quien requiere de una asesoría jurídica o orientación legal, es simplemente un elefante blanco donde quincenalmente se fugan grandes cantidades de dinero y quien tiene todo a su merced es el controvertido, pachanguero y metrosexual presidente Enrique Mora Castillo.

Es una verdadera pena la actitud que realizó el brillante y prepotente Mora Castillo ante los policías asignados en el retén de la entrada a la ciudad capital cuando fue requerido para una revisión de rutina, el cual se comportó como un salvaje energúmeno donde gritaba a moco tendido que nadie lo podía inspeccionar y mucho menos revisar su bulto de mano donde guarda todas sus cositas, porque él era una autoridad intocable.

Enloquecido y extraviado de sus facultades mentales estuvo a punto de tener un desmayo, pero amenazó a los elementos policiacos con palabras altisonantes y como comadre de lavandería gritó que se estaban violando sus derechos y que por lo tanto pediría auxilio a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por que jamás imaginó que los guardianes del orden fueran tan agresivos y bruscos en sus actividades policiacas.

Pero no fue todo, este funcionario que no funciona y bajo en la escala social se ha convertido en una amenaza mortal para la sociedad ya que la delincuencia, robos y violaciones se han incrementado de manera considerable y tan solo porque dicha Comisión obstaculiza la pronta intervención por parte las de las corporaciones policiacas que existen en Quintana Roo, es una burla y falta de respeto enviando simples recomendaciones.

Este espécimen se ha equivocado en estar entre las personas exitosas y reconocidas, y hoy con este papel de actriz callejera lo convierten en una decepción y frustración, sus fantasías, sueños e ilusiones se han esfumado, por pensar en la inmortalidad del cangrejo y sentirse un dios supremo lo han convertido en otro más del montón, en un miembro activo del escuadrón etílico, en una estrellita marinera que solo ha brillado para darse su propia luz.

Enrique Mora Castillo convertido hoy en un cómico pueblerino, ha mostrado su incapacidad, inconsciencia, ineptitud y torpeza ante una sociedad que requiere de un verdadero abogado y defensor de los derechos humanos y no de una persona mediocre, corriente y baja en sus conocimientos, hoy es el momento de exigir a las autoridades superiores el cese de individuos que simplemente llegan a calentar el asiento y velar por sus propios intereses.