sábado, 5 de mayo de 2012

Norman Angulo Macliverty, moderno latifundista que opera de manera oscura y actua como villano sanguinario

HONORABILIDAD DE POR MEDIO

Por Mario Hernández

¿Es un “hombre de bien”, como se autocalifica desde un antifaz anónimo, quien, sin ser juez, de antemano tilda de “culpable” a un semejante?

¿Cuánto valor civil tiene alguien que, valiéndose de un escrito sin firmar, destroza moralmente a otro ser humano?

Norman Angulo Macliverty
Independiente de la respuesta a ambas interrogantes, las preguntas elementales surgen después de leer una especie de manifiesto a la opinión pública, con el nombre “atento” de Norman Angulo Macliverty como autor. Sin embargo, aunque tal escrito tiene el nombre antes señalado, luce sin firmar.

¿Qué nos dice el sentido común cuando cae en nuestras manos una usurpadora sentencia condenatoria sin la rúbrica autoral?

El desciframiento de esa incógnita podría hallarse en tres opciones:

Una, quien señala carece de argumentos verdaderos para acusar.

Dos, su intención es desacreditar a una persona, y

Tres, es un pusilánime genuino.

A fin de cuentas, ensuciar el nombre de una persona presumiblemente inocente, al través de un asqueroso escrito, sin atreverse a asumir la responsabilidad, conlleva la intención de que si el afectado reclama, el autor de tal panfleto puede negar la autoría, pretextando que cualquier individuo pudo haber usado su nombre.

Así de comodina sería la respuesta.

Las dos hojas farragosas, con el nombre de Norman Angulo Macliverty al final, tienen un encabezado con letra grande, puras mayúsculas, moldes con negro pesado, y con dos nombres subrayados:

“AÑEJO Y DESGASTANTE LITIGIO PENAL ENTRE LA DEMANDANTE NORMA BEATRIZ ANGULO MUÑOA EN CONTRA DE RODOLFO VALLE VILLASEÑOR. A 10 AÑOS, AUN SIN RESOLBERSE LEGALMENTE Y SIN CASTIGO PARA EL CULPABLE”.

En un asfixiante baño de pureza (como si se tratase de una regadera catártica –a base de autoelogios- no queda más que preguntarse cómo es que el Vaticano no lo beatifica, sacándolo de esta imperfecta sociedad), Norman Angulo Macliverty dice que Rodolfo Villaseñor extrajo material pétreo de un terreno de la señora Norma Beatriz…

En un documento, con nombre y firma, dirigido al director editorial de un periódico impreso en Chetumal, el señor Rodolfo Valle Villaseñor refuta la declaración de Norman Angulo, publicada en ese medio de comunicación.

Las precisiones se centran en 4 puntos, que dejan al primero como un difamador.

Por la importancia de los puntos que echan por tierra las mentiras de Norman Angulo, las citamos.

1.- Cuando se realizaron los trabajos de la carretera Bacalar-Xtomoc, yo le compré material de relleno al Sr. Cuauhtémoc Escobar Rivadeneira, en el expediente 423/2003 están las copias de los cheques certificados, recibos y pólizas de cheques firmados por este señor, correspondiente al pago del material que me vendió, además la copia de la escritura del terreno que acredita su propiedad, de donde él vendió y cobró junto con su hijo el material que se extrajo de un banco de material, del cual ya le habían vendido a otras empresas constructoras.

2.- En el 2002, más de un año posterior a la realización de esa carretera denunció el supuesto agraviado (Norman Angulo), declarando que “parece” que es su terreno, y diez años después seguimos sin saber dónde inicia y termina su terreno, porque nunca se ha delimitado y la escritura pública que presenta fue hecha en la Ciudad de Mérida, Yucatán, y en sus antecedentes dice, ubicada en Río Hondo, municipio de Carrillo Puerto y no cuenta con coordenadas, mucho menos con título de propiedad, por lo que es de sospechar de la autenticidad de la misma.

3.- En su demanda, Norman Angulo me acusa de robo calificado y en la cuantificación de los daños, el prominente, honorable y bien nacido empresario, como se autodefine, incluye la extracción de material de otro banco ubicado a más de un kilómetro de distancia, pretendiendo cobrarme ese material, sin imaginarse que ese otro banco de material es de mi propiedad, con lo cual se demuestra “la honradezy honorabilidad del señor Angulo”.

4.- Ahora bien, el señor Angulo dice que ese terreno “parece que es de él”, y pretende hacerme responsable, aun cuando yo le compré el material, como lo he demostrado, al señor Escobar Rivadeneira, quien en todo caso, sería el responsable, ya que él lo vendió y cobró.

Los cuatro puntos están incluidos en el documento que Valle Villaseñor envió, como una manera de desenmascarar las patrañas del injurioso volante que lleva el nombre de Norman Angulo Macliverty.

A diferencia de aquellas hojas desafortunadas, el escrito aclaratorio del ingeniero Rodolfo Valle Villaseñor contiene su firma y el sello del periódico al que lo dirigió, con fecha 16 de abril del año en curso, a las 17:45 horas, con la firma de la recepción del Diario de Quintana Roo.

Conviene acá recordar una reflexión del dramaturgo Jacinto Benavente, autor de La comida de las fieras:

“Si murmurar la verdad aún puede ser la justicia de los débiles, la calumnia no puede ser otra cosa que la venganza de los cobardes”.

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