Por: Roberto Geffroy
Tristeza, olvido, sed, hambre e impotencia existe entre las familias pobres, aquellas familias alejadas y olvidadas por los que penosamente se hacen llamar autoridades, esas autoridades que se disfrazan de algunos servidores públicos o funcionarios o bien representantes del pueblo, pero simplemente son unos ladrones con licencia y protegidos por la alta jerarquía quien gobierna desde lo más alto, ese jerarca es el rey, el Dios inmortal e intocable quien sus mayordomos y grupo de bandidos se les inclina, adoran, alaban y respetan, porque esta máxima autoridad es quien lo puso y coloco en donde solo hay que tomar lo ajeno, servirse del pueblo.
Mientras tanto en paraíso tercermundista, allá en donde se encuentra la clase baja, la sociedad discriminada, abandonada, pobre y con ese futuro de miseria que existirá en muchas generaciones, se escuchan los lamentos, gritos de desesperación, suplicas, llantos y sin faltar es donde la muerte aparece y danza para llevarse aquellas personas que no soportaron el hambre, sed y enfermedades.
Totalmente triste y desgarrador es observar aquellos niños con los ojos hundidos, con esa mirada perdida, sus cuerpecitos desnutridos y tan solo con esa barriga llena de lombrices, es doloroso ver como estiran sus manitas para pedir un taco, un pan o quizás una moneda, muchos de ellos descalzos y con ropitas rotas, todos ellos viven en un infierno en el que nunca pidieron llegar, pero por desgracias sus padres se encuentran en el circulo de los abandonados, de aquellos que los gobiernos califican como un estorbo para el desarrollo, como una mala imagen para la sociedad de alto nivel, como una epidemia que contagia y enferma.
Es totalmente penoso ver a estos piratas modernos, a este grupo de parásitos que han vivido siempre pegados en la ubre de gobierno, hablando de los tres niveles, de estos dinosaurios depredadores y de muchos grillos milperos que nunca han trabajado y que muchos menos saben de política, pero que gracias al dedazo, compadrazgo, amiguismo, recomendaciones, amoríos y placeres han tenido la suerte y fortuna de tener algún puesto o cargo, recordando que la política es y ha sido la madre de la corrupción y de todas las falsedades.
Hoy es el momento de despertar y luchar por el bienestar de las familias, es el momento de despertar y hacer valer los derechos, es el momento de despertar y exterminar a todos aquellos bichos o parásitos que se alimentan lo que en realidad le pertenece al pueblo.
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