lunes, 23 de agosto de 2010

Las malas autoridades provocan el abstencionismo y la falta de credibilidad


Es una realidad que el abstencionismo en Quintana Roo se ha considerado como un factor que induce a la falta de credibilidad por parte de los miles de votantes quienes en esta contienda electoral para elegir a Gobernador, Diputados Locales y Presidentes Municipales dieron a conocer sus actitudes y más aún el reflejo de la inconformidad en torno a la forma que han trabajado los llamados representantes del pueblo en los últimos años, el cual en su mayoría han sido señalados, criticados y condenados, unos por ejercer la corrupción, prepotencia, nepotismo, enriquecimiento ilícito, y otros más por traicionar a quienes depositaron la confianza.

Hablemos del cáncer de todos los sexenios gubernamentales, Joaquín Hendricks Díaz, para muchos ciudadanos el enemigo número uno de los Quintanarroenses, el anticristo de los pobres, el depredador del erario público quien junto con su “Esposa” María Felipa Rubio Eulogio, la mujer que nunca estuvo loca, formaron la banda destructora y voraz al conformar su gabinete con algunas personas desconocidas ante la sociedad y conocidas en el bajo mundo como bandidos de cuello blanco, la misión siempre fue tomar lo ajeno y aprovechar el momento donde habían sido asignados, no existía auditoria y por lo tanto el camino estaba despejado para los atracos, había complicidad entre todas las autoridades.

Pero para fortalecer la pandilla malhechora se necesitaba algo más, una fuerza maligna y dañina que provocara pánico, pero sobre todo un silencio donde nadie podía señalar las arbitrariedades e injusticias que se cometían en contra de una sociedad atemorizada e impotente, para ello fueron incluidos los abominables y maquiavélicos hermanos Hendricks Díaz, conformada esta fuerza letal inicio el calvario, el tiempo se detuvo en Quintana Roo, las obras simplemente se anunciaban pero nunca se ejecutaban, los recursos económicos de las arcas desaparecían como arte de magia.

La vida de estos malandrines se transformaba de tal manera que las cuentas bancarias crecían considerablemente, sus humildes casas se convertían en mansiones, sus carcachas en autos del año, fue el momento preciso para apoderarse de grandes extensiones de tierras valiosas mismas que se ubicaban en zonas que serían explotadas turísticamente, fue un cambio total, de la desgracia y miseria a los placeres y riquezas, fue el sexenio del festín, de los depravados y depredadores quienes cambiarían la historia de Quintana Roo y pondrían el sello negro, mismo que hoy es catalogado como el peor de los sexenios.

La desgracia estaba realizada, el estado de Quintana Roo se encontraba herido y avergonzado de tener como gobernador a Joaquín Hendricks Díaz un sujeto que solo llegó a entorpecer el desarrollo y la tranquilidad de la entidad, pero también a ser el gran jefe de la pandilla que desfalcó y despojó a los quintanarroenses de varios millones de pesos, fue sin duda un gobierno que se hundió mas a los pobres y fortaleció a sus compinches asignándolos donde se encontraba el botín o recursos económicos, fue un gobierno nefasto, inepto, antisocial y mandilón, los gritos de María, la mujer que nunca estuvo loca, lo convertían en un amigo del hombre con la cola entre las patas.

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